Asesinos sin rostro

Titulo: Asesinos sin rostro
Autor: Henning Mankell
Editorial: Tus Quets Editores
Género: Nóvela negra, Policiaco, Suspenso
País donde sucede: Escania, Suecia
País de origen del autor: Suecia
Páginas: 302
Calificación personal: 3.57/5

Previo: Racismo

Tal vez al oír la palabra racismo crean  que en pleno 2015 “eso” ya no existe; pues están en todo lo contrario. La definición de racismo, mejor dicho, el campo que abarca puede llegar a ser enorme. “Racista” nos atañe desde mirar despectivamente a alguien de diferente clase social, hasta comentarios acerca de su ideología. En México, somos particularmente malinchistas” que significa que despreciamos a las personas que son o tienen rasgos indígenas. Fuera de México, el racismo es mucho peor, y sí, me refiero a nuestros vecinos de arriba. Lo principal para “exigir” un tipo de respeto sería que tampoco nosotros fuéramos así a menor o mayor escala. Pero, ¿qué hacemos para no ser racistas? ¿Realmente sabemos respetar?

¿Cómo lo conseguí?

A éste ejemplar lo conseguí en un lugar nuevo de libros usados, cerca de mi universidad. Pensé que era un puesto de periódicos, pero nada que ver. Tristemente no he podido volver, no he tenido todo el tiempo del mundo… me enteré que tenían una sucursal y una página de solicitudes. Perdí la información (so sad).

Un poco acerca del autor…

En algún momento de mis viajes a las librerías había visto su nombre plasmado en la portada de un libro. Había leído la sinopsis y no me parecieron tan buenos, cuando conseguí éste me animé. No estoy seguro si lea algo más de él. La series de Wallander consta de 8 volúmenes (más sagas ya no, por favor)

Reseña

Un cruel asesinato (la forma de describirlo ocupa un lugar del  top 10 de los más gráficos que he leído) sucede en una lejana granja de Escania (provincia al sur de Estocolmo). Una pareja de ancianos son las víctimas, al parecer no hay móvil visible. El jefe de policía Kurt Wallander llega y comienza a investigar.

Poco a poco las pistas comienzan a revelarse,  incluyendo la frase de “extranjeros” repetida por la mujer anciana en su lecho de muerte. A la par de resolver sus problemas (fuertemente) personales, el jefe de policía Wallander necesita encontrar al culpable.

El tiempo transcurre, las noticias se filtran. Comienza a brotar una turba de sentimientos iracundos contra los extranjeros y refugiados que habitan en Suecia. Las represalias no se hacen esperar… ¿habrá más asesinatos?

A través de una Suecia retrógrada que comienza a sentirse consumida por sus raíces nórdicas, el descontento aumenta. Las personas se sienten intranquilas, todas. El detective deberá unir los puntos más rápido o los “accidentes” comenzarán a surgir.

Opinión

La trama es bastante sencilla, de hecho no tiene grado de complejidad alguno. Tal vez podría llegar a aburrir por partes debido a los paisajes bucólicos y por la falta de cadencia en la historia. El autor intenta darle “sabor” al fin de cada capítulo, pero no lo logra.

El tipo es bueno, tiene ese sexto sentido que todos los detectives geniales han de tener. Pero no logra cautivar, lo mejor que hace es mostrar su lado humano (algo que creo que pocos lo han hecho) porque el tipo come, bebe, engorda, se emborracha, siente, le duele cuando se corta. En pocas palabras me parece un tipo más real que los demás detectives previamente reseñados. Sin embargo, no es suficiente.

Se tiene un par de giros interesantes, pero fatídicamente se alargan demasiado. Lo cual resulta tedioso, hay un punto en que ya quieres saber quién es el asesino, pero se sigue alargando. Y por obvias razones el final discurre sumamente rápido. La historia sobrepasó al autor.

Leer esta Suecia-Escandia tan precaria me puso a dudar, yo tenía un excelente concepto de Suecia. Ahora no tanto. Puede que le de otra oportunidad al detective Wallander, pero no será pronto. Quedó a desear.

Los asesinos sin rostro podemos ser tú o yo… porque todas las personas se ocultan bajo máscaras esperando el momento para asesinar. Los rostros sólo son efímeros, sólo se necesita una acción.



"Envejecer es preocuparse. Los temores de la infacia vuelven cuando uno se hace mayor."

"La desolación, pensó."

"Y todo lo que no tengo tiempo de hacer. Estoy buscando a los homicidas y no tengo tiempo de preocuparme de los vivos."

"Vivimos en una sociedad y en un tiempom donde casi es imposible desaparecer. A no ser que te suicides de una manera tan inteligente que el cuerpo desaparezca."


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