Reseña de Ausencio de Antonio Vásquez


Título: Ausencio
Autor: Antonio Vásquez
Editorial: Almadía
Edición: Físico
Género: Ficción
País donde sucede: México
País de origen del autor: México
Libros leídos del autor: 1
Páginas: 135
Días para acabarlo: 3
Calificación personal: 4.4/5

Previo: Padres para hijos

Este espacio se ha convertido en un lugar recurrente del que hablo de mí mismo y de la mayoría de mis traumas de varias etapas de la vida, recuerdo que ya he hablado de mi padre, y como nuestra –extraña– relación se ha dado a través de los años. Me he dado cuenta que no soy el único chico de mi generación que tiene problemas con su padre, muchos de mis conocidos tampoco han logrado cumplir las exigencias del progenitor y su relación pende de un hilo. Solo para aclarar la relación con mi padre jamás ha sido mala, de hecho me agrada mucho nuestra relación, y aunque tenemos pocas cosas en común, esas cosas nos han permitido compartir momentos inolvidables. Simplemente sé que quiere cosas de mí, que jamás va a obtener: jamás me van a gustar los coches ni tampoco seré un empedernido por los deportes, lo que él no sabe, y por más que se lo he expresado, él es causante de estas aversiones por querer obligarme a ello. Él siempre dice que ha sido mi culpa, y yo siempre diré que es todo culpa de él.

¿Cómo lo conseguí?

Apenas es la primera sesión de la pandilla en la que me uno en este año, y este fue uno de los dos libros para este mes.

Un poco acerca del autor…

No había oído nada del autor, hasta que lo conocimos en la charla del libro, y bueno sí ha ganado un premio, es porque la novela es muy buena. Hasta acá el previo porque habrá más que contar de él en el blog, él nos prometió un nuevo libro pronto.


Reseña

Arturo tiene que regresar a su tierra natal porque su padre ha fallecido. Su muerte desatará un sinfín de adversidades para las cuales, Arturo no está preparado.

A través de la muerte de la figura paterna, podemos darnos cuenta que un recuerdo llega a impactar más que la realidad. Con este breve trasfondo se presenta al libro ganador del premio de primera novela.

Opinión

Logré conectar con el libro con la primera página del libro, y mientras avanzaba iba subrayando varias frases, subrayé alrededor de 14 frases, eso es mucho para un libro de no más de doscientas páginas. El tema que se toma como base para comenzar la escritura es un tópico bastante delicado para mi generación y para muchas otras: la figura paterna. Y justo esta figura paterna va permeando toda la novela, de la forma más cabrona que existe: un recuerdo.

Yo podría dividir al libro en dos grandes partes, en la primera ausencia, y después de la segunda ausencia. La primera es la que más me encantó, sobre todo por el ritmo que marca, aunque es bastante lineal, el grado de sentimentalismo y empatía que genera es muy alto, en cambio la segunda es mucho más experimental y aunque es un arriesgue, no es para nada mala, solo que me quedé casado con la primera parte, y ya jamás me pude moldear a la segunda.

El libro es un constante viaje entre ausencias, desiertos, folclores y cosas bastante mexicanas, aderezadas con un poco de misterio, que te hace cuestionarte donde tienes la cabeza. Habrá ocasiones que no sabes dónde te encuentras y te preguntarás donde comienza y donde acaba la realidad.

El libro, la historia y el mismo Ausencio es demasiado para el personaje principal, gracias a los personajes secundarios el personaje principal no muere en el intento de atravesar el viaje de las ausencias. Citando algunas palabras de mi padre: El personaje principal es un pocos huevos, cosa que no siempre está mal, pero para efectos machistas mexicanos, te da mucho que pensar.

Con más de un trasfondo se presenta este libro digno de merecer el premio bellas artes para primera novela. Recomendado para todo tipo de público, especialmente para mi generación que sufre de daddy issues.

A veces la ausencia mental pesa más que la física.

Citas

Al salir, mi cuerpo se torna pesado, aquejado de nuevo por la gravedad que dejé de sentir cuando entré en el panteón.

“Y la beso, conteniendo la necesidad de desmoronarme. Ella no quiere soltarme. Le tengo que asegurar que estaremos bien para que acepte irse.”

“Solo me   reconforta la calma y la soledad en la que ahora se encuentra mi hogar.”

“Olvido cómo he llegado aquí, olvido los días recientes; vacío de recuerdos, sólo queda mi deseo ebrio de su cuerpo.”

“Llegamos al departamento, yo con el interior de mis labios rajados por las mordidas de ella, con un sabor a hierro, pequeñas heridas placenteras.”

“Me pregunto cómo pude sobrevivir tanto tiempo sin alcohol, cómo pude ignorar sus propiedades analgésicas.”

“Y al verme rodeado por aquel fangal decido que es hora de irme, de regresar a ella, mi hogar. Adiós, le digo a él, ya no llores, lloraste toda tu vida y de nada te sirvió.”


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