El señor de las moscas
Título: El señor de las moscas
Autor: William Golding
Editorial: Alianza Editorial
Género: Drama, Narrativa,
Ficción
País donde sucede: Desconocido
País de origen del autor: Inglaterra
Páginas: 286
Calificación personal: 3.7 /5
Previo: Mata a la bestia, asesina a la fiera- El lado salvaje humano
¿Cuánto tiempo necesitaríamos para
volvernos salvajes? Tal vez está pregunta tenga la respuesta implícita,
posiblemente muchos de ustedes creerán que vivimos rodeados de salvajes, bueno
eso es lo que yo creo. A lo que me refiero es que cuánto o bajo qué condiciones
necesitamos estar expuestos para perder nuestro sentido de racionalidad y
sucumbir ante los impulsos animales. Siendo
un poco más específicos, a perder las reglas de la sociedad y regirnos por la
ley del más fuerte. Pues bien, lo que yo creo es que necesitamos de muy poco
–con el simple hecho de perder un símbolo de autoridad- para perder los
estribos, y escuchar a nuestra mente animal. Un simple hecho que cuestione
nuestra trascendencia sería suficiente para convertirnos –de nuevo- en salvajes.
¿Cómo lo
conseguí?
Conseguí un pago atrasado que tenía y
estoy seguro que ya saben que fue lo que compré primero… ¡sí! LIBROS. Quería
comprar un par, pero terminé comprando más de los que podría leer en un mes.
Éste fue uno de ellos; predeciblemente lo concluí en dos semanas.
Un poco acerca
del autor…
Célebre autor inglés, al grado que este
es uno de los libros más reconocidos que tiene y se ha convertido en un
clásico. Ganador del premio nobel de literatura, sus obras abarcan una ficción
que explora los rincones más sórdidos del ser humano… con una mezcla de
religión y salvajismo.
Reseña
El diálogo comienza con dos niños. Uno
de ellos, Ralph quién se encuentra explorando la isla y el otro es Piggy un joven tímido que también
explora, pero de una forma más cautelosa; Ralph es intrépido y a veces despreocupado.
Ambos encuentran una caracola que usan para llamar a los demás sobrevivientes
(al principio no se explica la naturaleza del accidente aéreo). Pronto decenas
de niños –de todas las edades- se reúnen al llamado de la caracola…
En la reunión llega una tropa ordenada que es comandada por Jack
uno de los chicos mayores. Pronto se delegan las responsabilidades y unos
chicos se encargarán de construir refugios, recolectar comidas y traer agua,
mientras los otros se encargaran de cazar y mantener el fuego. ¿Pueden adivinar
quién toma el bando de los cazadores?
Los problemas son inherentes, pronto los
más jóvenes se vuelven más preocupados de las situaciones, mientras que los
mayores se vuelven egoístas. La organización se vuelve dudosa y se comienzan a
cuestionar, además se comienza a escuchar de una misteriosa fiera que acecha a los más pequeños de
noche. Pronto la paranoia se mostrará en formas inimaginables.
A través del retrato de unos jóvenes que
quedan solos en una isla, se nos muestra la forma más cruda de la humanidad.
Los hechos que desencadenan el lado salvaje y las barreras que se traspasan por
sobrevivir… incluso cuando se trata de amigos o humanos.
Aunado a la histeria colectiva, el miedo
a la soledad y la sangre se escribe “El señor de las moscas”. ¿Podrán los
chicos salir a tiempo de la isla o serán devorados
por la fiera del salvajismo?
Opinión
El libro es breve, pese a esto las
descripciones son de lo más cansadas, son exhaustivas y muchas veces
innecesarias. Por momentos me hice un retrato más de la isla que de las
situaciones que debería haber apreciado. Es uno de esos libros que se necesita
leer en la tranquilidad de la casa y no en el transporte. Se necesita poner
máxima atención, por mi parte solo pude rescatar los momentos más importantes.
Se tiene una parte álgida, que para mi
punto de vista es la mejor –y la que rescató el libro- y es cuando se habla de El señor de las moscas; amé ese monólogo
y amé esa intervención, las descripciones –de esta parte- son tan acertadas que
imagine las moscas en mi piel. Otra cosa que rescató el libro fue el final…
excelente final.
Mi personaje favorito fue Piggy, ese
niño obeso que es un sabelotodo y tiene el cerebro para mandar, pero no los
dotes. El tipo es el indicado para proponer ideas para que la isla prospere,
pero nadie le hace caso, nadie lo reconoce. A nadie le importa él, sólo le
importan sus gafas. La forma en que se encausan las situaciones para él me
llegó a deprimir. Pese a sus súplicas que no lo llamaran Piggy, el mote se le
queda toda la historia.
Algo que es totalmente factible -como el
accidente que se habla en el libro- en pleno 2015, tan sólo recordar el
desastre de Malasian Airlines. Eso fue el hecho que más me puso a pensar, a
pesar que han pasado varias décadas, épocas y situaciones, este hecho no es
algo aislado y no es algo que no pueda ocurrir. ¿Y qué si se quedaran en una
isla varados? Es un clásico que todos deberíamos leer. Recién entiendo las
analogías del salvajismo con la sociedad…
El título de la obra es maravilloso,
toda la historia no dejé de preguntarme quién sería el tan esperado Señor de
las moscas, y al final no me decepcionó. Un libro tan breve que se puede leer
en dos o tres días.
Mata
a la fiera… ¿Y
qué si la fiera está en tu cabeza, en tu sociedad, o en
tu amigo? ¿Le seguirías queriendo partir el cráneo y beber su sangre?
"Él se sentía obligado a traducir todo aquello en una explicación."
"Se
perdió en un laberinto de pensamientos que resultaban oscuros por no acertar a
expresarlos con palabras."
"Si
los rostros cambiaban de aspecto, según les diese la luz desde arriba o desde
abajo, ¿qué era en realidad un rostro?"
"Le
tengo miedo y por eso le conozco. Si tienes miedo de alguien le odias, pero no
puedes dejar de pensar en él. Te engañas diciéndote que de verdad no es tan
malo, pero luego, cuando vuelves a verle… es como el asma, no te deja
respirar."
"El
aire estaba cargado de cosas inconfesables que nadie se atrevía a
admitir."
"¡MATA
A LA FIERA! ¡CORTALE EL CUELLO! ¡DERRAMA SU SANGRE!"
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